La fachada como escultura

El exterior de la casa es una sinfonía visual, que muestra una base rectangular de hormigón con detalles intrigantes. Un semicilindro sustraído en la esquina inferior izquierda sirve como una entrada discreta, mientras que un medio cilindro que sobresale en la esquina superior derecha forma un patio íntimo. Este juego de formas no solo cautiva la vista, sino que también define espacios funcionales en su interior.

Interiores dinámicos

Internamente, la residencia se despliega en tres volúmenes cuadrados, rodeando un patio cubierto de grava y un refrescante carril de natación. Un volumen frontal, que alberga una oficina convertible y un vestíbulo, satisface las necesidades de aquellos que buscan una oficina en casa. Mientras tanto, el volumen trasero se convierte en un refugio social: la sala de estar, la cocina y el comedor se fusionan a la perfección para crear una atmósfera acogedora para la vida diaria.

Circulación ingeniosa

Lo que distingue a esta maravilla arquitectónica es su ingeniosa disposición vertical y horizontal. Cuatro escaleras de intrincado diseño conectan varios niveles, ofreciendo un viaje dinámico a través del espacio. Al ascender por estas escaleras se descubren espacios únicos: un enclave de dormitorios, una suite principal con techos altos, un jardín privado en la azotea y una discreta azotea de servicio, todo lo cual contribuye a una experiencia de vida multifacética.

Una sinfonía visual en Calvillo

Es una obra de arte en constante evolución que desafía las normas arquitectónicas comunes, proporcionando a los residentes un espacio vital dinámico y perceptible. Su distintivo.

El diseño, la distribución inteligente y la perfecta adaptación a las limitaciones espaciales lo convierten en un santuario excepcional, que invita a los residentes a disfrutar del epítome de la vida sofisticada.