EL ARQUI MX

Al estar centrada en un terreno de más de 10,000m2, todas las fachadas de la casa son protagonistas, cada una distinta cuentan con geometrías de distintos materiales, formas y tamaños, que le dan personalidad a cada una de las fachadas. Invitando al usuario a recorrerla por todos sus lados.

El acceso da lugar a un pasillo que se convierte en el eje del proyecto, dando lugar a un recorrido que remata visualmente con una ventana que enmarca el Iztaccíhuatl y su reflejo en un espejo de agua. Este pastillo separa las áreas públicas y privadas del proyecto, consiguiendo privacidad en cada una de las zonas.

La terraza fue pensada para convertirse el espacio más usado de la casa. Con una vista privilegiada, este espacio consta de una sala, comedor, una cocina exterior con horno de leña y asador, y un jacuzzi. Todos estos espacios integrados, para fomentar la convivencia y la interacción entre los usuarios, la casa, la naturaleza y el volcán.

En su mayoría, los muebles de la casa son hechos en obra, integrando el mobiliario con la casa en sí, generando un espacio armónico y pensado en cada detalle. Además de ser una ventaja para generar el mínimo mantenimiento en una casa que se encuentra a las afueras de la ciudad y que sólo se usa los fines de semana.

Por la ruralidad de su ubicación, la casa está construida con sistemas de captación de agua, tratamiento de aguas negras, calentadores solares, un jaguey y energía solar. Con el objetivo de generar el menor impacto ambiental y aprovechando los recursos renovables.
Cuidando el agua, la energía, la producción de CO2 y las especies del lugar.